jueves, 14 de abril de 2011

Enterrado vivo?

Alguna vez has sentido temor de que cuando por alguna causa estes inerte, médicos y allegados crean que estés muerto, aún no lo sea y te entierren vivo? El solo imaginar esa oscuridad total, sentir el olor a tierra húmeda y al caer en la cuenta de lo que acontece viene el pánico absoluto, ese pedido de auxilio desesperado e inútil de no ser escuchado por lo metros de profundidad que se encuentra, esas manos golpeando y arañando la madera, para finalmente, tener una muerte cruel, la asfixia lenta en esa soledad...

Has de saber que no siempre ha sido sencillo conocer si un cadáver estaba realmente muerto.

Imagen de un cadáver dentro de un ataud

Antes del advenimiento de la medicina moderna era aún más desconcertante saber si los muertos estaban en realidad fallecidos, este temor tenía fundamentos ya que a través de la historia hubo numerosos casos de personas que se habían sido enterradas vivas de manera accidental, y este error se reafirmaba al escuchar leyendas curiosas que hablaban de ataúdes abiertos que se miraba el cadáver con una larga barba, otros difuntos con las palmas de las manos en posición de  levantadas hacia arriba, o incluso destrozadas por el  supuesto esfuerzo de haber intentado salir.
 
A la fobia de ser enterrado vivo se le llamó 'taphophobia', viene del griego taphos que significa 'tumba'.

Ante el temor de ser enterrado prematuramente, algunos individuos les causaba tal angustia, que  de solo pensar en despertar dentro de un ataúd dejaron instrucciones expresas a sus cercanos que, en caso de  acontecerles ese hecho y antes de ser enterrados, su corazón debía ser apuñalado o su garganta cercenada.

No se llegó a tanto pero si se aplicaron diferentes técnicas para establecer el rigor mortis.

- Cuenta la historia que entre los años 1493-1541, un alquimista llamado Paracelso, mediante fuelles  logró reanimar un cadáver, dicha acción es posible sería aprendida de escritos médicos árabes que es de donde se tiene conocimiento de esa práctica.

- Otra 'reanimación' que se aplicaba a los difuntos durante los siglos XVII y XVIII era bocanadas  de humo de tabaco sobre su cara, o aplicar pellizcos mediante un alicate en sus pezones.

-También se acostumbraba tirar vigorosamente de la lengua del posible fallecido, por al menos tres horas,  en forma constante, para lo que utilizaban una pinza que provenía de una máquina. 

El anatomista danés Jacob Winslow en el siglo XVIII entre los años1669-1760, tuvo la idea de realizar cosquillas en la nariz con una pluma, dar azotes en la piel con ortigas o  incluso clavarle agujas bajo las uñas de los pies. Todo esto era válido y aceptado por los familiares, para garantizar el no ser enterrado vivo su pariente.

Se comenta que algunas víctimas durante tales torturas fueron devueltas a la vida, sin embargo, las autoridades científicas se pusieron de acuerdo en que a partir de ese momento la única verdadera señal de la muerte iba a ser la putrefacción. Para lo que se colocaba el cuerpo del presunto cadáver, en un lugar cálido donde esperar signos de descomposición, y así luego realizar el entierro, a estos sitios se les llamó 'morgues de espera'.

Esquema de los métodos utilizados para comprobar cadáveres

Ante tanta invensión en aras de no ser enterrado prematuramente, es que en el siglo XIX y aprovechando el desarrollo tecnológico  se fabricó el 'ataúd de seguridad', una invención que permitiría  a los difuntos, que no estuvieran realmente muertos, el comunicarse con el mundo exterior. El primero de ellos patentado por el duque Ferdinando de Brunswick en 1792, incluía la posibilidad de abrir el féretro desde dentro, para lo cual se vestía al difunto con una mortaja que contenía un bolsillo, dentro del cual se colocaba una llave, que le facilitaría su salida, pero este método era solo para personas enterradas en criptas.
Para cada uno de esos modelos de ataudes la invensión no tenía límites, a unos les incluian escaleras, palas, luz, otros un tubo de aire que permitía al 'resucitado' comunicarse a la superficie, mediante soplar un cuerno, enviar un petardo, izar una bandera roja e incluso recibir por allí alimentos mientras era desenterrado, otro mantenía un martillo mecánico de latón para que en caso necesario, golpear la tapa del ataúd para hacer mucho ruido y así avisar a quien pasara por allí que necesitaba ser desenterrado. No en vano tantas leyendas de muertos se han contado principalmente en esos tiempos.

Ataud con sistema de despliegue de una bandera


Salvados por la campana, este refrán se convirtió en una leyenda urbana, y se dice nació  debido a que algunos ataúdes contenían una cadena, atada a una campana que pendía en el exterior.

Ataúd conectado a una campana


Estos dispositivos no debían ser muy sensibles para no producir "falsos positivos" que es cuando se realizan movimientos involuntarios por acción de algún reflejo propio de la descomposición,  o al agua de lluvia filtrándose a través del cajón que provocaran la activación y por ende una fugaz alegría de los parientes.

Hoy en día también hay ataúdes equipados con las últimas tecnologías, incluido el teléfono móvil o celular, pero hasta el día de hoy no existen evidencias que den a comentario de que hayan sido utilizados, o sea que los muertos que se han enterrado en ellos, o estaban bien muertos! o esos artilugios no funcionan a esa profundidad.., por lo que habría que pensar también en cementerios donde si tengan la cobertura necesaria..., que piensa usted al respecto querido lector...

Algunos datos e imágenes tomados de la web.

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